Ensaye un metodo sobre clasificacion sobre usuarias, a manera sobre tribus urbanas: la mas evidente, falto dubitacion muchas, es la tribu disortografica-disgrafico-dislexica, caracterizada por el mas puro abandono en el momento de escribir.

Ensaye un organizacion de clasificacion de usuarias, an estilo sobre tribus de ciudad: la mas incuestionable, sin dubitacion muchas, es la tribu disortografica-disgrafico-dislexica, caracterizada por el mas puro abandono en el momento de de redactar. Una diferente tribu la conformarian aquellas amazonas de caracter intenso, energicas, directas, de honradez brutal. La tercera tribu urbana la conformaria el infaltable team del despecho, la tristeza y la traicion; en otro, perfiles de chicas rudas, casi groseras, con perfiles abiertamente amenazantes; nunca faltaria el equipo narcisista, con docenas sobre fotografias sobre revista que te permite pensar: ?esta mujer sale a la avenida y paraliza el trafico! No faltaria el aparato sobre hembras que pasan solo para ver que ocurre; y el equipo inclasificable: individuos de las que hacen uso completa o parcialmente fotografias de otras seres Con El Fin De presentarse a si mismas. Este ultimo grupo me provoco un ataque en el alma. ?Que debe suceder en la vida de una cristiano para presentarse pequeno la imagen de otra?, lo considere un mueca de despersonalizacion pavoroso, deshumanizante. Los perfiles de los varones no se podran ver, Con El Fin De lograrlo habria sido obligatorio crear una cuenta falso.

Me alegro reconocer a Dora La Exploradora.

Me sento bien redactar un poema an una jovencita que nunca lo leera. Me inspiro profundamente el perfil sobre Fiona. Veo un porvenir prometedor Con El Fin De la industria sobre la soledad asi­ como (a ratos) del apego, puesto que va en consonancia a los tiempos; acorta distancias; supera barreras sociales, linguisticas o culturales; abre la alternativa de reconocer a gente que sobre una diferente maneras seria inalcanzable. Ademas, calculo que la seguridad de las lugares se incrementara con el camino de los anos. Basta mencionar la gran sensacion que me dio la gerencia de Mobifriends , que me escribio a pocas horas sobre circular mi pregunta a algunas de las usuarias Con El Fin De acondicionar este producto, informandome que fui reportado por un comportamiento sospechoso.

En cualquier caso, las componentes se encuentran dispuestos con el fin de que esta industria siga creciendo, por lo menor hasta que alguien cree una plataforma Con El Fin De provocar masivamente aquellos encuentros rostro a cara, alguien dara con la formula, digo yo, con el fin de que los usuarios bajen sus barreras asi­ como temores y se animen a conversar con algunos que estan a su alrededor. Esta industria de la aislamiento subsistira hasta que dejemos de sentirnos solos, o quiza, hasta que caigamos en cuenta que Jamas lo estuvimos.

?Preguntas que le escribi a la jovencita aquella?, esto:

“No se lo digas a ninguna persona: te he observado primeramente, o por lo menos eso creo. Tu voz, esa particular voz la imagine agotando soledades. Nunca tengo verguenza, sino asombro, ?he significado lo cual primero? Es que el azar dicto que transite el inicio de la misma camino a donde dejaste diluviar tu presencia, o quiza descansamos nuestros cuerpos en la misma canto volcanica sobre plaza quitena. Te miro asi­ como te nostalgio igual que tarde que Jamas fue y sigue estando, recordando que nacimos con un evidente desfase de lapso, en este tiempo genuinamente cargado sobre desencuentros.

Veo tu risita asi­ como sus cuencos de calentor en las mejillas. Veo tu pelo ensortijado capturando trazas sobre un sol ecuatorial religiosamente liberal. Veo tus dedos finos desdoblando el espacio. Sentada en loto, sonriendo, empujando los dias hacia el desfiladero de la alegria, con cerveza en mano asi­ como horizonte marino deshojandose. El estrepito de tu risita, ?sera eficiente?, ?sera coqueto?, ?sera caricia contagiosa?

Te veo a las pies de San Francisco, con la mirada dibujando nubes, sosteniendo la rosa con la punta de las dedos, rosa que me habria gustado habertela regalado. Vos, en esta urbe que Jamas se cansa de abrigar esperanzas, en la misma escalera donde imagino que imaginas que valdria la pena conocer quien seri­a el bicho raro este que te escribe asi­ como te describe capturado por el poder sobre tu sonrisa. Me despido —valientisimo— detras de esta ventana sobre cristal desde la que te miro en mutismo, sin desaprovechar el aliento, ni la compostura”.